El detenido empresario Lázaro Báez aseguró hoy que está preso como una suerte de "apriete" o "amenaza" por parte del juez Sebastián Casanello, a cargo de la causa por lavado de activo.

Báez fue conducido hoy desde la cárcel de Ezeiza hasta los tribunales federales de Comodoro Py para declarar como acusado en la investigación por la concesión de obra pública que lo benefició durante el kirchnerismo y por la cual tuvo que comparecer como imputada la ex presidenta Cristina Kirchner.

Pero terminada esa declaración, él y su abogado bajaron una planta en el edificio de Comodoro Py 2002 -del cuarto al tercer piso-, y se dirigieron al juzgado federal de Daniel Rafecas donde el empresario prestó testimonio en la causa abierta contra el juez Casanello.

"Me están apretado para que me calle, me están apretando para que no siga hablando", sostuvo Báez en una entrevista con el periodista Luis Gasulla en Infobae, al aludir a la situación judicial de sus cuatro hijos, indagados en la causa por aparecer como beneficiarios de un depósito en Suiza por 25 millones de dólares.

Enterado de esos dichos, Casanello se autodenunció y pidió que el empresario fuera citado como testigo con obligación de decir la verdad "bajo juramento de ley".

El trámite se cumplió hoy cuando, según fuentes judiciales, Báez ratificó su parecer en torno a que su permanencia en prisión preventiva es interpretada por él como "un apriete o amenaza" por parte de Casanello.

Como prueba, Báez aportó los audios que trascendieron del fiscal Guillermo Marijuan cuando estuvo en el sur del país haciendo allanamientos y diciendo, vía whatsapp, que se había reunido con los hijos del empresario y estaba en tratativas para una declaración como "arrepentido".

Hay otra investigación abierta contra Casanello, impulsada por la Cámara Federal, luego de que los hijos de Báez declararan que el magistrado habría estado en la quinta presidencial de Olivos, algo que hasta ahora no fue respaldado por ninguna de las diligencias que se hicieron en el expediente.