Horas previas a realizar el anuncio de la recompra de deuda externa por más de USD 1.000 millones, el ministro de Economía de la Nación, Sergio Massa, habló con los técnicos que siguen el “caso argentino” en el Fondo Monetario Internacional (FMI) para adelantarles la medida y obtener el visto bueno del organismo financiero internacional.
Según trascendió, desde ambos lados coincidieron en que la recompra de la deuda externa de manera aislada no tendría efectos por sí sola, pero que podría resultar positiva en el marco de un plan más profundo vinculado al futuro de la política cambiaria, a cargo del Ministerio de Economía nacional.
En ese sentido, titular del Palacio de Hacienda ya había planteado esta situación en sus redes sociales hace unos días. “Tenemos por delante el desafío de trabajar en la disminución de la brecha y el ordenamiento de los tipos de cambio”, aseguró Massa en su cuenta oficial de Twitter.
De esta forma, el “superministro” dejó en claro en la red social del pajarito que detrás de la recompra de deuda externa en realidad existe una intención del Gobierno vinculada a la administración del tipo de cambio, que viene sufriendo varias jornadas de turbulencia desde las primeras horas del 2023.
Sin embargo, en el mensaje grabado que se difundió ayer por la mañana, el ministro de Economía sólo enfatizó en la necesidad de bajar el riesgo país y procurar que en la Argentina se recupere el acceso al financiamiento en moneda dura en los mercados internacionales.
No obstante, tras las palabras del titular nacional de la cartera económica, el pasado miércoles se puso en marcha la medida anunciada de recompra de la deuda externa, que provocó una eventual mejora de los bonos y una reapertura del financiamiento.
En este contexto, es importante destacar que, luego del anuncio de Massa, en las últimas horas de ayer se visualizó un efecto mucho más inmediato a la hora de controlar a los distintos dólares financieros en el país.
El impacto económico de volcar paulatinamente USD 1.000 millones para la recompra de bonos implicó una fuente constante de oferta de divisas en el mercado, que el pasado miércoles permitió mantener a raya el dólar MEP.
