En una cuenta regresiva hacia el invierno, que cada vez es más corta, el gobierno intentará sumar más gas al sistema nacional y entre esas gestiones se encuentra la visita que esta semana realizará el ministro de Economía, Martín Guzmán, a Brasil para tratar de lograr un plus para los meses de mayor consumo.
El jueves pasado se dio un nuevo plazo para la renegociación de la adenda del contrato de importación de gas con la boliviana YPFB. Si bien la adenda contractual venció el 31 de diciembre, las partes ya acordaron tres prórrogas en las negociaciones en las que Argentina busca sumar mayores envíos desde el Altiplano.
Ante lo compleja de las negociaciones encaradas por Integración Energética Argentina (Ieasa), la exEnarsa, el ministro Guzmán tomó las riendas de las tratativas y participó en persona de las últimas reuniones que acordaron extenderse hasta fin de mes.
Es que desde YPFB se garantiza solo un envío de 10 millones de metros cúbicos por día en los meses de invierno, un nivel que es insuficiente para el consumo de las provincias del noroeste argentino y que implicaría cortes en el servicio eléctrico. Es por esto que se comenzó analizar una alternativa conjunta con Brasil ante la mejora de los caudales de las grandes represas de ese país y un eventual menor uso del gas que podrían tener.
Por esto es que la agenda es a dos puntas. Por un lado el presidente Alberto Fernández recibirá el jueves a su par boliviano, Luis Arce, en un encuentro en el que Guzmán también estará presente. Desde Argentina se habría ofrecido a YPFB pagar 10 dólares extra por cada millón de BTU que desde el Altiplano se pueda enviar en este invierno por ese el nivel de 10 millones de metros cúbicos que se sostiene rinden los pozos de la zona de Tarija.
En este caso el volumen extra sería comercializado por Bolivia a la Argentina pero con la venia previa de Brasil de no demandar ese gas durante esos meses. Pero hay una segunda alternativa que será la que se abordará directamente en Brasilia.
Este viernes Guzmán viajará a San Pablo para reunirse con unos 200 empresarios que buscan incrementar las relaciones comerciales con la Argentina y luego viajará a Brasilia para reunirse con su par, Paulo Guedes. Tras ese encuentro el titular de Economía de la Nación se reunirá con el ministro de Minas y Energía de Brasil, Bento Albuquerque, para abordar precisamente la cuestión del suministro del gas para la Argentina.
Según la información recabada por la Agencia Buenos Aires de este medio, el presidente brasileño Jair Bolsonaro dio luz verde a sus ministros para avanzar en las negociaciones con la Argentina de cara a afrontar la crisis energética.
Es que el mecanismo que se está evaluando es una suerte de un préstamo o swap, de Brasilia a Buenos Aires durante el invierno, lo cual sería devuelto por Argentina cuando mejore la situación internacional. Una alternativa similar es estudiada desde Energía con Chile, para la inyección de GNL regasificado a cambio de envíos desde Vaca Muerta.
Para esto el embajador argentino en Brasil, Daniel Scioli, comentó este lunes en declaraciones a la radio porteña El Destape que la Cancillería y la secretaría de Energía vienen trabajando desde hace varios meses para garantizar la provisión de gas.
“Esto está también bien encaminado y no es excluyente una cosa de la otra porque le productor genuino que nos abastece de gas es Bolivia”, comentó Scioli.
Lo cierto es que pese al alto nivel de los funcionarios que participarán de los encuentros, tanto el gas que Bolivia pueda enviar como el que Brasil facilite en estos meses, serán solo una parte menor de la cantidad de gas que el país necesitará importar en este invierno, siendo la provisión de los buques de Gas Natural Licuado (GNL) el gran problema a resolver, su elevado costo y la poca oferta global imperante.
