La Plata ya está entre los distritos con más desocupación del país. En el cuarto trimestre del año pasado, la tasa de desempleo trepó del 6,9% al 7,1%, de acuerdo al informe del INDEC que se conoció esta semana. Esa era la situación a fines del año pasado, cuando el microcentro platense ya mostraba tres locales cerrados por manzana. La proyección para lo que viene es todavía más preocupante.

La ciudad no logra frenar la caída del empleo de cara a un frente de tormenta que viene con nuevos aumentos en gas y agua; una inflación creciente que en febrero alcanzó 2,5% y fue la más alta en ocho meses; además de subas en prepagas, telefonía y peajes, entre otras complicaciones.

Con todo, la administración de Julio Garro parecería ajena a un flagelo que se traduce en 28 mil vecinos desocupados, 45 mil ocupados que demandan un nuevo trabajo porque no llegan a fin de mes, y 39 mil subocupados.

En otras palabras, el Municipio no presentó, ni siquiera como una posibilidad a evaluar, ningún plan destinado a hacer frente a la gravísima crisis de empleo.

Esa parecería la actitud de un gobierno municipal que pese a encontrar una ciudad golpeada tras ocho años de pésima gestión no logra mejorar ningún indicador. Atención primaria en salud, transporte y generación -o al menos preservación- de empleo son ejemplos notorios en ese sentido.

La capital de la Provincia tiene una tasa de desocupación que la convierte en triste protagonista a nivel nacional. Es la misma ciudad capital que tiene a sus vecinos y estudiantes viajando en pésimas condiciones por la injustificada demora de las obras de electrificación del tren Roca; y la misma también que sigue sin promover políticas activas destinadas a promover el desarrollo de sus parques industriales.

Al laberinto de la no gestión y la falta de respuesta también se acaban de sumar los productores del cordón frutihortícola que perdieron todo como consecuencia del temporal. Inentendible tratándose de un sector que genera trabajo genuino para 30 mil personas de la Región.

Allí hay miles de empleos en peligro y una producción al borde del desastre. Mientras tanto, la Municipalidad no asiste a los pequeños productores, mientras que la Provincia sigue tramitando la entrega de "cuatro rollos de nylon" por quintero cuando en realidad se necesitan no menos de 300.000 pesos por hectárea para volver a montar los invernáculos que el viento se llevó.

En estos días el municipio de General Pueyrredón también fue blanco de críticas por la dramática pérdida de empleo. Esta semana Mar del Plata se convirtió oficialmente en la ciudad con mayor desocupación del país. La Plata viaja a buen ritmo. Y no está muy lejos.

* Dirigente peronista de La Plata