sábado 20 de abril de 2024 - Edición Nº3056
Dos Líneas » El País » 3 nov 2018

La Gran Estafa del déficit cero

La letra escrita del proyecto del Presupuesto muestra de manera contundente que se trata de una gran mentira.


Por:
Alexis Dritsos

La última batalla por el Presupuesto 2019 tuvo al gobierno como el gran ganador en una jornada marcada por acontecimientos por demás vergonzosos tanto dentro como fuera del recinto.

El oficialismo logro concretar la “ofrenda” al FMI, que permita compensar, de alguna manera, el precoz fracaso del primer acuerdo con el organismo.

Con la complicidad de una parte de la oposición, logró la aprobación en Diputados de la ley. Más allá de que se ha planteado la justificación al voto a favor como una necesidad de institucionalidad y racionalidad política, la letra escrita del proyecto muestra de manera contundente que se trata de una gran mentira.

La historia de nuestro país en materia de presupuestos es muy clara. La creatividad en la elaboración de los documentos y la habilidad de los gobiernos para manejar los gastos han sido moneda corriente. Se han valido de reasignaciones presupuestarias, subejecuciones deliberadas y la utilización del impuesto inflacionario para manejar con total discrecionalidad los fondos públicos.

El Presupuesto 2019 muestra una interesante cuota de creatividad ya que algunos supuestos sobre el comportamiento de ciertas variables clave generan serias dudas. La inflación estimada a diciembre 2019 del 23% parece un dato por demás optimista en relación a lo observado en esa materia en los últimos años. Por el lado del crecimiento, el oficialismo estima una caída del 0,5% del PBI, dato que contrasta con el -1,6% que estima el propio Fondo. El valor del dólar previsto en $ 40 es otro pronóstico que parece bastante endeble teniendo en cuenta la fragilidad observada frente a las corridas cambiarias sufridas.

Las fantasías mencionadas no logran ocultar el espíritu detrás de la búsqueda del ansiado “déficit cero”. Sin entrar en detalles, se pueden verificar ajustes muy importantes en el gasto público como los que afectan partidas clave como la obra pública destinada a infraestructura o el recorte de transferencias a las provincias.

Paralelamente, se continúa con la reducción de subsidios al gas y a la electricidad y se verifica un importante incremento de la recaudación a partir de las nuevas retenciones y a las modificaciones planteadas en bienes personales.

En sentido contrario, el rubro que más sube es el de los pagos de intereses de la deuda.

Lamentablemente, las mentiras y los slogans marketineros no alcanzan para modificar la realidad. El déficit primario es una parte del verdadero déficit que tiene nuestro país.  La mentira radica en hacernos creer que con un doloroso ajuste y más recesión los problemas se disipan. El déficit sigue creciendo debido a que existe el déficit financiero que no es otra cosa que el que incluye el pago de intereses. La explosión de endeudamiento externo en dólares garantiza que por más esfuerzos que se hagan será imposible con esta política reducir el pago de intereses. A esto hay que sumarle la bomba de Leliqs que representan obligaciones del Banco Central y que crecen a un ritmo vertiginoso y que se colocan a tasas por encima del 70%. En síntesis: el déficit cero no existe.

La gran estafa radica no solo en la mentira que se impulsa desde el oficialismo sino que también salpica a una parte de la oposición que se ha transformado en una especie de oficialismo rentado y es incapaz de plantear un cambio de modelo.

Si el gobierno sigue sin entender que lo que se necesita es un gran acuerdo nacional para consensuar medidas, deberá ser la  oposición la que genere un núcleo de coincidencias entre las distintas fuerzas políticas para ofrecer una alternativa cierta al modelo.

Todas las acciones deben apuntar a corregir los desequilibrios a partir de una política que tienda a reactivar la economía en lugar de frenarla con ajuste sobre ajuste.

Algunas medidas básicas urgentes son: El congelamiento de tarifas y precios regulados a valores del 31/8/18, eliminación del IVA en las tarifas a los consumos medios y bajos para PYMES, comercios y familias, otorgamiento de líneas de crédito a tasas subsidiadas a PYMES y Comercios, obligatoriedad de liquidación de dólares en un plazo de 30 días para los exportadores, entre tantas posibles.

Si el gobierno continúa con el recetario del FMI, los desequilibrios actuales serán más profundos y se agravará de manera alarmante la crisis social  existente. El mundo, testigo del triste derrotero de Grecia, mira con asombro como Argentina, de la mano del Fondo, parece transitar el mismo sendero de dolor y fracaso.

* Alexis Dritsos- Economista Partido Socialista

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