En la mitología griega, Sísifo  fue fundador y rey de Éfira (nombre antiguo de Corinto). Según se relataba en época helénica, él había hecho enfadar a los dioses por su extraordinaria astucia y como castigo, fue condenado a empujar perpetuamente una piedra gigante por la ladera de montaña hasta la cima, sólo para que volviese a caer rodando hasta el valle, desde donde debía recogerlo y empujarlo nuevamente hasta la cumbre y así indefinidamente.

De este modo, Sísifo estaba atrapado en una trampa que no podía resolver. Hacía un esfuerzo extraordinario para subir la piedra y cuando estaba por concluir, se les resbalaba de las manos y volvía a caer.

La historia argentina parece tener mucho que ver con la historia de Sísifo. Por momentos, cierta variable mejora, las commodities pegan un salto extraordinario, se distribuye de forma un poco más equitativa las riquezas. Pero de un momento a otro, vuelve a caer. Aumenta la pobreza, la inseguridad, se deteriora el salario y la inflación vuelve a hacer de las suyas. Una y otra, en una repetición constante, como le sucedía a Sísifo.

En este marco, el gobierno anunció esta semana que pedirá un crédito Stand By al Fondo Monetario Internacional. La piedra cayó y volvemos debajo de todo una vez más.