sábado 20 de abril de 2024 - Edición Nº3056
Dos Líneas » Entrevista » 18 nov 2017

Simonoff: “La idea de `volver´ al Mundo a mi entender resulta confusa e imprecisa”

Análisis de la política exterior adoptada por el gobierno de Macri.


En diálogo con Dos Líneas, el Doctor en Relaciones Internacionales por la UNLP, Alejandro Simonoff, analizó la política exterior argentina en la era Macri. Habló de sus puntos altos y bajos, el “retorno al Mundo” y contestó si es similar a la adoptada por Menem en los 90.

¿Cómo definirías la política exterior del gobierno de Macri?

Podría ser caracterizada como de dependencia racionalizada, siguiendo a Puig, o como globalista, según Amado Cervo, ¿Qué quiere decir esto? Un gobierno que define su estrategia de inserción por el acompañamiento a las políticas de las grandes potencias y limitando las propias capacidades nacionales en función de aquel fin.

¿Cuáles son sus puntos altos y bajos?

A nuestro entender existe un error en el diagnóstico inicial, influido por la propuesta política de la alianza conservadora de Cambiemos, aunque hay dos elementos para destacar en el transcurso de la gestión. La revalorización del Mercosur como principal instrumento de inserción internacional, y no uno más, como se apuntaba al comienzo que miraba a la Alianza del Pacífico.

Luego, la relación con China también fue revalorizada, donde pasó de tentar otras fuentes de inversión en 2016, a prometer los mejores años en la relación bilateral, luego de un intenso proceso de negociación.

En el haber podríamos ubicar la titubeante relación con Estados Unidos en materia comercial, marcada por idas y vueltas en la apertura de ese mercado en materia de limones, carnes y biodiésel, y en materia de seguridad, donde se buscan recrear linkages con esa agenda global (causa Amia, lucha contra el narcotráfico y el terrorismo) y cierta disidencia a nivel regional por la cuestión venezolana, donde se comparte el diagnóstico sobre la crisis política y humanitaria, pero hay divergencias en los mecanismos a seguir, alejado de la opción militar de Washington y cercana a Brasil, Colombia y Chile, aunque hace unos días se sumó a la idea de bloqueo económico.

También encontramos que una de las apuestas más importantes desde el inicio: los acuerdos de libre comercio Mercosur-Unión Europea, habrá que seguirla con mucho detenimiento, ya que podría impactar no sólo en la capacidad industrial, sino también agropecuaria rubros como el biodiesel y los lácteos podrían sufrir un impacto negativo.

¿Realmente “volvimos al Mundo”? ¿Qué implica eso?

La idea de “volver” al Mundo a mi entender resulta confusa e imprecisa. La Argentina previa a la llegada de Cambiemos no estaba fuera del mapa, sino que tenía una estrategia de inserción internacional distinta a la que se está llevando adelante.

Con esa expresión no sólo se busca visualizar cuáles son las prioridades en los que cree la elite gobernante (los países Occidentales, la OCDE, los organismos multilaterales de crédito) en detrimento de las de la anterior (los emergentes, los BRICS, el G77), sino al mismo tiempo invisibilizarla, ya que es muy difícil sostener que un país que llegó a triplicar su comercio exterior, ser elegido en dos oportunidades como miembro no permanente del Consejo de Seguridad y lograr la sanción de una resolución de la Asamblea General que atendía sus aspiraciones en cuestiones de endeudamiento, estuvo aislado.

Una discusión más sana giraría en torno a los aciertos y errores, tanto de su rumbo general o de construcciones específicas que esas formas de impugnación genérica.

¿Ves similitudes con la política adoptada en los ´90?

Hay en rubros donde existen similitudes como en las estrategias hacia Malvinas, donde existe una reedición de la construcción de una forma de relación con Gran Bretaña, priorizando la agenda económica, y la seducción, bajo la forma de “Plan Humanitario”.

Si volvemos a la caracterización de Cervo, los noventas se aproximan a un globalismo benigno que entiende la liquidación de los Intereses Nacionales en función de la construcción de una gobernanza global, y el actual estaría más cercano al llamado asimétrico, ya que se apuesta a los marcos institucionales, sobre todo económicos, para satisfacerlos, esto sobre todo teniendo en cuenta el ascenso de Trump que impugna el entorno multilateral.

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