sábado 20 de abril de 2024 - Edición Nº3056
Dos Líneas » Actualidad » 18 ago 2017

Echaron a maestros porque los alumnos terminaban la primaria sin saber leer ni escribir

El hecho ocurrió en una escuela rural de Misiones.


Las autoridades educativas de Misiones dispusieron el relevo de dos docentes de un aula satélite, que funciona desde hace quince años en el área rural, tras comprobarse que los alumnos terminaban el nivel primario sin haber aprendido a leer ni a escribir.

La medida fue impulsada por un grupo de padres de estudiantes del aula que funciona en Colonia Mandarina y depende de la escuela 472 de la localidad de Campo Ramón, distante a poco más 100 kilómetros de Posadas, trámite que fue acompañado por el intendente José Luís Márquez Da Silva.

De acuerdo con declaraciones del alcalde, fue abordado por vecinos de Colonia Mandarina que relataron sus quejas porque el aula satélite “no tenía agua, ni luz; tenían un baño tipo letrina que ya se estaba por caer, entre otras cosas" y se sinceró: "Yo no creía”.

“Me dijeron que los chicos de cuarto y quinto grado ni siquiera saben el abecedario; que los docentes venían a leer el diario, a tejer y no a enseñar como deberían”, señaló Márquez Da Silva, uno de los 75 intendentes del oficialista Frente Renovador de la Concordia.

A raíz de la situación planteada, intervino la Supervisión de Zona del Consejo General de Educación (CGE), con sede en Oberá, desplazó del aula satélite al matrimonio de docentes que se encontraba a cargo de los distintos cursos desde hacía quince años.

Al respecto, la directora de Enseñanza Nivel Primario del mismo organismo, Dora Gallardo, dijo que “a través de Supervisión hemos tenido conocimiento de algunas situaciones planteadas por los padres y hemos hecho las actuaciones correspondientes. El aula satélite está funcionando con total normalidad”.

De acuerdo con la primera evaluación realizada por la docente designada, se detectaron serias falencias en la enseñanza y en el aprendizaje entre los 18 alumnos de entre 9 y 12 años que asisten a dicho centro, con posibilidades de que la cantidad se incremente a 30 en los próximos días.

“Designaron maestros que no tenían ganas de trabajar. Venían y dormían la siesta en el auto. La maestra después tejía y el marido leía el diario. Por eso mis hijos no aprendieron nada”, expresó uno de los padres de los alumnos al detallar los inconvenientes que generaron las quejas.

 

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