El escritor Abelardo Castillo, autor de obras de narrativa, ensayo y teatro, y fundador de las revistas literarias El Escarabajo de Oro y El Ornitorrinco, falleció hoy a los 82 años en la ciudad de Buenos Aires.

El deceso se produjo a raíz de una patología que sufrió tras una intervención quirúrgica a la que fue sometido semanas atrás, informaron sus allegados.
Castillo nació en 1935 en la ciudad de Buenos Aires y a los 11 años se radicó con su familia en la localidad bonaerense de San Pedro, donde vivió hasta los 17 y volvió a la Capital Federal.

El autor estuvo casado durante décadas con la escritora Sylvia Iparraguirre, también fundadora junto a Liliana Hecker de El Ornitorrinco, publicación cultural que estuvo vigente entre los años 1976 y 1986.

Figura relevante en el mundo literario argentino, fue uno de los intelectuales prohibidos durante la última dictadura militar por su compromiso político.
Castillo fundó la revista El Escarabajo de Oro, una continuación de El Grillo de Papel. El escritor fue novelista, dramaturgo, cuentista y ensayista, y su obra fue traducida a 14 idiomas.

Entre sus novelas más destacadas se encuentran "El que tiene sed" y "Crónica de un iniciado", mientras que entre las obras de teatro se distingue "Israfel".

Entre los reconocimientos que recibió, Castillo obtuvo el primer premio del concurso de la revista "Vea y Lea", en el que fueron jurados Jorge Luis Borges, Adolfo Bioy Casares y Manuel Peyrou.

También fue distinguido con el Premio Internacional de Autores Contemporáneos de la Unesco y el Gran Premio de Honor de la Sociedad Argentina de Escritores.
En un reportaje publicado en enero por el diario La Nación, Castillo destacó que toda literatura es autobiográfica y manifestó que "Thomas Wolfe sostenía eso con vehemencia. No importa el asunto que trate. Y yo lo creo de verdad. Los cuentos de Borges nos cuentan mucho más de él que esa especie de autobiografía que escribió en inglés".

"Hay más verdad en sus cuentos aunque sean fantásticos -y a veces sobre todo cuando son cuentos fantásticos- que en sus recuerdos personales", expresó en esa oportunidad.

El deceso del autor fue reflejado en redes sociales de Internet, donde funcionarios, escritores, historiadores, instituciones y publicaciones destacaron su obra.