jueves 18 de abril de 2024 - Edición Nº3054
Dos Líneas » Opinión » 13 nov 2016

Gestión y palabra

Guillermo Justo Cháves- Dirigente randazzista


Por:
Guillermo Justo Cháves

A casi un año de la asunción del gobierno de Cambiemos solo podemos concluir que la ausencia de gestión y de palabra ha sido la nota saliente de la administración del presidente Macri.

El único logro que se puede atribuir es la feroz persecución mediática y judicial contra la ex presidenta. Pero en un rápido aprendizaje de esta joven democracia argentina, por momentos de "baja intensidad", y del endeble sistema judicial, debería saber el presidente que ese es, cuando menos, el espejo de su futuro.

Sin embargo, los seres humanos, en general, no aprendemos. Escupimos para arriba pensando que la ley de gravedad funciona para todos menos para uno mismo.

Lo cierto es que la falta de gestión se nota en forma palmaria en todas las áreas de gobierno. Desde la subejecución en la obra pública al incumplimiento en el avance las obras de infraestructura -por ejemplo- en materia ferroviaria, que ha puesto un freno de mano a la extraordinaria transformación llevada adelante por una persona para quien la capacidad de gestión es un rasgo distintivo.

Pero lo triste es que esto no sólo es ineficiencia al frente de la administración del Estado. Se trata de una visión ideológica.

El modo ferroviario de transporte viene de la mano de la rentabilidad social, algo que en las universidades privadas donde salieron los CEOs que conducen hoy el Estado no se enseña.

El ferrocarril consiste en un sistema que le da un medio digno, accesible y ambientalmente sustentable de transporte a los trabajadores, pero al ministro Dietrich -más versado en el modo automotor por historia familiar- no parece interesarle.

El desmantelamiento de trenes de media y larga distancia, así como el enfriamiento en los proyectos de trenes de cercanía, exponen su visión de país, alejada por supuesto del pueblo. Y no hablamos del tren de carga, eso lo dejamos para otro momento.

En el modo "pasajeros", el ejemplo emblemático es el Tren Roca, ramal Constitución-La Plata. La desidia hace que más de 70.000 personas a diario no puedan hacer uso de este servicio público renovado y electrificado, que según Naciones Unidas, constituye un derecho humano fundamental.

La subejecución presupuestaria, así como el presupuesto en sí configuran el síntoma de lo que el gobierno de turno piensa. Su ideología. Para qué o quienes gobierna. La impericia para administrar la cosa pública se suma el desinterés por determinadas áreas así como el descarte de otras por reducción de partidas, como puede ser a nivel nacional lo relativo a ciencia-tecnología y medioambiente o a nivel provincia de Buenos Aires con -ni más ni menos-, que la Defensoría del Pueblo.

A estos breves ejemplos de falta de gestión se suma la falta de palabra. El presidente ha faltado a la verdad. En campaña electoral negó devaluación, ajuste, tarifazo, prometió continuidad del fútbol, etc.

Al mismo tiempo, exigió a los argentinos repatriar ahorros y a los extranjeros que vengan a invertir. Nada de eso ocurrió con él. El escándalo de Panamá Papers muestra una vez más el doble standard de quienes se creen más.

Al mejor estilo de los fariseos en tiempos de Jesucristo, ya lo decía el padre del cristianismo: "Haced lo que ellos dicen pero no lo que ellos hacen". Todo esto da al corazón de la legitimidad política: la credibilidad. El principal capital de un dirigente, su verdadero poder. Lo que se dio en llamar la "fe laica".

Lo que nos depara no es alentador. Las medidas tomadas como eliminación de retenciones a las mineras, quita o reducción a exportaciones agropecuarias, aumentos de tarifas de servicios y quita de subsidios, aumentos de transporte también con quita de subsidios, devaluación, enfriamiento de la economía con aumento del desempleo, inflación creciente con la consecuente pérdida del poder adquisitivo del salario generaron una extraordinaria transferencia de recursos de la sociedad hacia sectores concentrados de la economía, provocando un desmantelamiento de gran parte del Estado social vigente. A esto hay que sumarle el mayor endeudamiento externo del que se tenga memoria, casi U$S 40.000 en los primeros ocho meses.

Pero atrás de esto viene la cuestión de fondo. Ya Noam Chomsky lo dice en su excelente documental "Requiem for american dream", se trata de generar un cambio de sistema económico que trae como consecuencia un rediseño de la sociedad. Vamos de una sociedad estructurada en torno al trabajo y al circuito productivo con todos sus defectos y cuentas pendientes, pero con aspiraciones igualitaristas; hacia una sociedad de mercado, primarizada y orientada a la renta financiera y desigual.

El peronismo en un formato ampliado, de manera urgente debe generar las condiciones para ser alternativa en 2017. Pero una opción ganadora. La minoría intensa es funcional al esquema de tercios pensado por el gobierno neoconservador. El objetivo debe ser construir mayorías.

El peronismo ampliado, aggiornado, con una unidad y vigor emergente de una interna o primaria, es lo que demandan los sectores populares. Quienes acompañamos a Florencio Randazzo y muchos más pensamos que puede expresar junto a otros dirigentes esa síntesis. Nadie debe estar excluido, pero los protagonistas deben cambiar.
La sociedad mira para adelante y necesita ser interpelada de ese modo, Randazzo encarna en los hechos la demanda social: "gestión", que es la transformación de la realidad a través de las políticas públicas y "palabra", la coincidencia entre lo que se dice y hace, dos pilares estructurales donde ha fracasado el gobierno y el lugar desde el cual un peronismo ampliado, debe hacerse fuerte para ser opción ganadora en 2017.
(*) Dirigente randazzista. Magister en Ciencia Política, Abogado y Profesor universitario. Fue Presidente de la Operadora Ferroviaria S.E. (Trenes Argentinos) y Director Nacional de Asuntos Políticos y Reforma Política

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