miércoles 24 de abril de 2024 - Edición Nº3060
Dos Líneas » La Provincia » 24 mar 2019

El lado oscuro de María Eugenia Vidal

Hay elementos suficientes para pensar que el “Plan V” jamás será puesto en práctica por el oficialismo.


Por:
Alexis Dritsos

En momentos en los que se acerca la contienda electoral de octubre aparecen todo tipo de especulaciones y dudas entre los distintos actores políticos. El oficialismo no es la excepción.

Las dificultades objetivas en la gestión del gobierno mantienen muy ocupados y preocupados a los protagonistas principales del laboratorio del marketing de Cambiemos, quienes intentan dar con la receta alquímica que les permita lograr la continuidad en el gobierno.

En ese sentido, se ha especulado con la posibilidad de aplicar el “Plan V”, impulsando la candidatura a presidenta de María Eugenia Vidal en lugar de intentar la reelección de Mauricio Macri. Esta idea se fundamenta en resultados de encuestas que muestran que la imagen positiva de la gobernadora siempre ha superado a la del presidente, además de contar con una menor imagen negativa a lo largo de estos años.

A pesar de las teorías, hay elementos suficientes para pensar que este plan alternativo jamás será puesto en práctica por el oficialismo.

El círculo cerrado de confianza del presidente considera que el comando de Cambiemos sólo puede tenerlo Mauricio Macri y que es el único candidato posible en cualquier circunstancia. Para sostener esta candidatura necesitan a Vidal haciendo una muy buena elección en la provincia para traccionar esos votos clave que Macri necesita.

Por otra parte, se han ido conjugando situaciones que podrían modificar por primera vez en muchos años la lógica de la polarización entre el oficialismo y el kirchnerismo.

El nuevo escenario en el cual CFK podría no presentarse, y con la irrupción de Lavagna intentando consolidar un frente electoral para capitalizar el hartazgo con la grieta, empieza a desarticular la estrategia de Cambiemos.

Mientras el denominado “plan sobrevivir”, que implica baja de la inflación y la relativa estabilidad del dólar, parece naufragar, el efecto en la Provincia de Buenos Aires se siente cada vez con más fuerza y suma descontento.

Las políticas del gobierno nacional que apoya, y las decisiones propias de la gestión provincial van mostrando al electorado bonaerense el lado oscuro de María Eugenia Vidal. Se trata de la otra cara no amable, de quien milita con fuerza la política de ajuste, más allá del discurso.

La salud pública con recortes y sub-ejecución presupuestaria, muestra hospitales sin insumos, con serios problemas de infraestructura y con la Obra Social IOMA en permanente situación de caos.

En educación suceden situaciones similares ya que el recorte presupuestario y la falta de inversiones edilicias es una constante, que inclusive ha costado la vida a personal de una escuela en Moreno.

La política frente a las empresas de servicios públicos es por demás complaciente no existiendo ningún tipo de rigor en el control de la calidad de las prestaciones. Se viene avalando una política tarifaria usuraria que perjudica a familias, PYMES y comercios por igual.

El caso de ABSA es el ejemplo más ilustrativo del colapso de un servicio público esencial, ya que se trata de una empresa dirigida por la propia provincia.

Sería largo enumerar todas las áreas que muestran serias falencias de la gestión provincial, pero algunos números son por demás elocuentes:

  • El desempleo a fines de 2018 alcanzó el 11,4% y el subempleo total el 13,9%.

  • La pobreza, al primer trimestre de 2018 afecta al 32% de la población, estimándose que casi el 50% de los niños de la provincia son pobres.

  • Pérdida de poder adquisitivo de salarios estatales entre 12% y 15%

  • Aumento del impuesto inmobiliario 2019: 38%

A este escenario hay que sumarle la caída fuerte en la obra pública, el cierre masivo de empresas y comercios y el creciente endeudamiento de la provincia. Las políticas provinciales para enfrentar estos problemas brillan por su ausencia.

Los resultados de la gestión de Vidal, sumados a los del gobierno nacional, empiezan a esmerilar la imagen de la gobernadora. Si bien siempre estuvo en duda la vocación de Vidal de hacerse cargo de una candidatura presidencial, está claro que nunca contó con el apoyo del núcleo duro del PRO.

Pase lo que pase, consideran que deben morir con las botas puestas al lado de Mauricio Macri, el alma mater del PRO y el único en condiciones de conducir o hundir el barco como capitán de este experimento electoral exitoso llamado Cambiemos.

* Alexis Dritsos Economista Partido Socialista

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